lunes, 31 de julio de 2023

Acuamación: Un adiós mas ecológico.

Método de cremación con agua y químicos alcalinos que permite deshacer un cadáver de forma ecológica en tres horas.

Cremación
 Cremación (Imagen tomada de internet)

En los últimos años, la gente en general se ha vuelto más consciente del hecho de que los cementerios municipales se han quedado sin espacio para entierros en muchas de las principales áreas metropolitanas. Al mismo tiempo, la gente se ha vuelto más consciente del impacto ambiental negativo de la quema de combustibles fósiles. Con esto en mente, la noción de funerales ecológicos ha comenzado a ganar interés y los proveedores de servicios funerarios también han comenzado a analizar las opciones disponibles, no solo para mitigar el problema del espacio sino también para reducir su huella de carbono.

En México solo están contempladas por la ley dos practicas para disponer de residuos humanos (cadaveres) y son incineración e inhumación, contempladas dentro del articulo 348 de la ley general de Salud. Actualmente existen medidas mucho mas ecológicas, entre ellas la resomación y la promación.


Hídrólisis alcalina
https://www.ecofuneral.es/wp-content/uploads/2018/10/hidrolisisalcalina.jpg




































El procedimiento de acuamación también recibe los nombres de hidrolisis alcalina, biocremación, resomación, cremación sin llama, disposición química y cremación con agua. 

 Es aquel cuerpo desintegrado por medios líquidos, esta cremación con agua utiliza una solución a base de agua para acelerar lo natural, el cuerpo se coloca en un ataúd biodegradable y luego se coloca cuidadosamente en una cámara y en lugar de usar fuego, la cremación de agua combina agua y una pequeña cantidad de un alcalino (una combinación de hidróxido de sodio y potasio) se calienta a una temperatura que oscila entre 90 y 150 ºC. Con el paso de las horas los enlaces entre las sustancias químicas del cuerpo se rompen en un proceso denominado hidrólisis y la materia orgánica acaba licuándose. Todo salvo los huesos, que más tarde se procesan y reducen a polvo.

Un adiós más ecológico  para ayudar al cuerpo a regresar a sus partes constituyentes, cuando se completa la cremación con agua los huesos de un ser querido pueden reducirse a cenizas y el liquido restante puede tratarse y evaluarse antes de regresar de manera segura al sistema del agua. El líquido resultante, el efluente, es estéril y contiene sales, azúcares, aminoácidos y péptidos. El líquido estéril se libera a través de un desagüe a la autoridad local de tratamiento de aguas residuales de acuerdo con las leyes federales, estatales o provinciales y locales.

 El pH del agua se eleva al menos a 11 antes de descargarla. Debido al contenido del efluente, a las autoridades de tratamiento de agua generalmente les gusta que el agua ingrese al sistema porque ayuda a limpiar el agua a medida que regresa a la planta de tratamiento

No queda ni tejido ni ADN cuando se completa el proceso, aclara la  Asociación de Cremación de América del Norte (CANA) que explica que el efluente se elimina junto al resto de aguas residuales. 
Una vez preparados, los restos se depositan en una urna y entregan a la familia del fallecido.

¿Cuáles son los beneficios de la acuamación?

Es un proceso suave que utiliza agua en lugar de llamas.
-  Es un proceso de biosíntesis natural sin emisiones directas de gases de efecto              
 invernadero o mercurio al medio ambiente.
Ofrece un ahorro de energía de más del 90% en comparación con la cremación basada en llamas.
- Queda hasta un 20%-30% más de ceniza en comparación con la cremación tradicional.
- Implica una quema muy limitada de combustibles fósiles.

La cámara presurizada que se usa en el proceso contiene alrededor de 450 litros, aunque como detalla CANA el volumen depende en gran medida del sexo, la masa corporal y el peso del difunto. El proceso completo dura entre tres y 16 horas. 

La institución norteamericana defiende que el efluente es mucho más limpio que la mayoría de las aguas del sistema de recogida de residuos y se elimina cumpliendo la normativa que se aplica en cada región. En algunos casos, el agua se desvía y se usa como fertilizando debido al contenido de potasio y sodio.

En México este procedimiento se describe como una técnica limpia que ofrece beneficios para el medio ambiente utilizar 90%  menos de energía que la cremación tradicional, al emitir 160 veces  menos que partículas finas.

¿Cuánto tiempo ha estado en uso?

Fue desarrollada y patentada en 1888 por Amos Herbert Hanson, un agricultor que buscaba una manera de hacer fertilizante a partir de cadáveres de animales. En 1993, se instaló el primer sistema comercial en Albany Medical College para desechar cadáveres humanos. El proceso continuó siendo adoptado por universidades y hospitales con programas de donación de cuerpos durante los siguientes diez años. El proceso se utilizó por primera vez en la industria funeraria en 2011 por dos funerarias diferentes, una en Ohio y otra en Florida.

Si bien los estados y las provincias han tardado en legalizar el proceso para uso humano, los crematorios de mascotas se rigen por reglas diferentes y han adoptado el proceso ampliamente. El ritmo de aprobación para uso humano está comenzando a acelerarse y ahora hay más de la mitad de los estados y varias provincias donde la hidrólisis alcalina es legal, y varios más tienen legislación pendiente. En aquellos estados y provincias donde es legal, hay aproximadamente treinta practicantes.

¿Dónde es legal?
Localización de piases donde utilizan acumulación
https://cdn.ymaws.com/www.cremationassociation.org/resource/resmgr/consumers/Alkaline_Hydrolysis_Status-l.png
Con la introducción de nuevas tecnologías y procesos, especialmente cuando se trata de ocuparse de los restos de nuestros seres queridos, es importante tener en cuenta la rica diversidad de culturas, prácticas religiosas y normas sociales de la sociedad.

 La provisión de una despedida digna para los seres queridos es algo que ha sido parte de la oferta de servicios de AVBOB Mutual Assurance Society desde que comenzamos en el negocio funerario hace más de 100 años, y fue central en nuestro pensamiento cuando presentamos la nueva innovación para Sudáfrica. AVBOB es el único proveedor de servicios funerarios en Sudáfrica que ofrece aquamation.

Los fabricantes, profesionales y reguladores tienen la tarea de trabajar juntos para que la hidrólisis alcalina esté disponible comercialmente. Sin embargo, la legalización del proceso no significa que esté disponible públicamente o fácilmente.








FUENTES DE INFORMACION:


AVBOB,  Aquamation a Green Alternative to Flame-Based Cremation. Recuperado de:
https://m.avbob.co.za/Articles/Aquamation.

CANA. Alkaline Hydrolysis. Recuperado de:  https://www.cremationassociation.org/page/alkalinehydrolysis.

Eco funerales. Cremaciones verdes. Otras alternativas a la disposición de un cadaver. Recuperado de: https://www.ecofuneral.es/articulos/cremaciones-verdes

Elisabeth Keijzer, "Impacto ambiental de los funerales: evaluaciones del ciclo de vida de las actividades después de la vida". Tesis de maestría: EES 2011-112 M. Universidad de Groningen, CIO, Centro de Investigación de Isótopos e IVEM, Centro de Estudios Energéticos y Ambientales

Estudio del Death Lab de la Universidad de Columbia. Recuperado de: https://deathlab.org/funerary-processes/

García, S, U. (11 de febrero del 2020) Iniciativa por el que se reforman los artículos 314 y 348 de la General de Salud, en materia de disposición final de cadáveres. Recuperado de: http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2020/02/asun_4001410_20200218_1581445951.pdf



domingo, 27 de junio de 2021

Rosalía Lombardo,El líquido inmortal

 


En el seno de una familia de Palermo (Sicilia) nace una niña el día 13 de diciembre. 

Se cuenta que era hija de un acaudalado noble siciliano, un General en el ejército italiano llamado Mario Lombardo. Acaudalado o no, no lo sabemos, (aunque los indicios apuntan a esta posibilidad y probablemente lo fuera para asumir económicamente el encargo que hizo). Lo que sí es cierto es que fue oficial militar. Él y su esposa, María Di Cara dieron la bienvenida ese día a una preciosa niña rubia a la que pusieron por nombre Rosalía Lombardo.

Padres de Rosalía, Maria di Cara y el oficial Mario Lombardo


Rosalía Lombardo nació en Sicilia el 13 de diciembre de 1918. 

Dos años más tarde, víctima de una epidemia de gripe, la pequeña fallecía por una neumonía.Era el 6 de diciembre de 1920. 

 Desolados, su padre, Mario Lombardo, oficial de infantería, y su madre, María Di Cara, acudieron al taxidermista Alfredo Salafia, el más célebre de la época, para que conservara el cuerpo de la pequeña con la mejor de sus artes.

Salafia había aprendido el arte de momificación de los egipcios y empleó una fórmula que guardó celosamente: 

Una mezcla de formol diluido en agua (formalina) saturada en sales de zinc, con alcohol, ácido salicílico y glicerina que, junto al clima seco de las catacumbas y la aplicación de parafina en éter en el rostro de la niña, ha hecho que se conserve admirablemente.

Alfredo Salafia
(7 de noviembre de 1869/
 31 de enero de 1933).

El formol actuaba como desinfectante eliminando las bacterias (Salafia fue de los primeros en usarla siendo ampliamente utilizado por los embalsadores en la actualidad), y el ácido salicílico evitaría que proliferasen los hongos. Esto, junto con el alcohol que seca el cuerpo hicieron posible el “milagro”.

Alfredo Salafia fue un químico y taxidermista autodidacta que nunca completó la escuela de medicina. Dedicó su vida a investigar y estudiar cómo preservar los cuerpos después de la muerte y su principal reconocimiento se muestra en la Catacumba de los Capuchinos en Palermo, Rosalia Lombardo.

Salafia murió en 1933 y se pensó que se había llevado a la tumba el secreto de su proceso de embalsamamiento.

Continuemos con Rosalia¿A dónde llevarla? En el siglo XVI la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos de Palermo, en Sicilia, se enfrentaron a un gran problema: su cementerio estaba completo. La solución fue construir una cripta bajo el monasterio. En 1599 la cripta ya albergaba los primeros cuerpos embalsamados. Las catacumbas eran reservadas para los monjes, pero con el pasar de los años muchos aristócratas acabaron descansando allí.

El cuerpo de Rosalía fue uno de los últimos en ser aceptados en la cripta, colocándolo dentro de un féretro forrado de plomo y cubierto con un doble vidrio sellado con cera.

Catacumbas de los Capuchinos
de Palermo (Sicilia)

Aunque, según lo estipulado, el féretro de Rosalía debía ser retirado algún tiempo después, las constantes visitas que recibía de familiares, muchos de ellos residentes en el extranjero, obligaron a que permanezca en las catacumbas.

Con el correr de los años, las visitas a la pequeña momia superaron el círculo familiar, al tiempo que su notoriedad ganó fama y comenzó a ser visitada por el público en general. Así fue durante mucho tiempo, hasta que, recientemente, su cuerpo fue retirado de la exposición, cuando comenzó a evidenciar los primeros signos, ligeros aún, de descomposición.

Un reciente estudio con rayos X demostró que el cuerpo, incluidos los órganos, se encuentran en muy buen estado de conservación y con un grado de deterioro muy leve.

Este extraordinari estado de conservación del cuerpo de Rosalía, activó la alarma de los más escépticos. Era tan bella y perfecta, que llegaron a afirmar que el cuerpo de Rosalía había sido sustituido por una réplica idéntica de cera  y que todo era un reclamo turístico, dado que desde el principio estaba expuesto públicamente en las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo y era la estrella del lugar. 

Como consecuencia, en julio de 2008, el equipo formado por Stephanie Panzer, Albert R. Zink, y Dario Piombino-Mascali le practicó radiografías anteroposteriores. No sin cierta dificultad. Salafia había pensado en todo y el féretro estaba tapado por una doble plancha de cristal sellada con cera para evitar la entrada de humedad, y absolutamente recubierto de plomo, lo que imposibilitaba la visualización del interior del cuerpo de Rosalía. La última opción era darle más potencia a la radiación para tratar de ver algo, a costa de la calidad, pero menos da una piedra.



Recientemente un equipo de investigadores del Instituto de Momias y Hombre de Hielo de Bolzano (Italia) encabezados por el bióantropologo Darío Piombino-Mascali ha tenido acceso a las notas personales de Alfredo Salafia, e incluso han podido hablar con descendientes directos del mismo para descubrir la técnica empleada por el embalsamador, que nunca reveló en vidaAllí explica que primero drenó la sangre del cuerpo de Rosalía y luego utilizó técnicas milenarias como la inyección arterial de fluidos que usaban los egipcios, junto con la mezcla de aceites y especias que protegían al cuerpo de la descomposición natural.


El cuerpo era auténtico, y no como creía el público  sino que el cerebro estaba en perfecto estado, así como el resto del cuerpo. Además, se diferenciaban perfectamente varios órganos en las radiografías.

Radiografía anteroposterior de cabeza, pecho y abdomen, que muestra los hemisferios cerebrales
moderadamente encogidos, parte del pulmón derecho y del hígado y el riñón izquierdo.
La mala calidad de la imagen se debe a la superposición del ataúd forrado de plomo.

En diciembre de 2010, Panzer y su equipo, de nuevo tuvieron la oportunidad de analizar el cuerpo de la pequeña Rosalía con la novedosa técnica llamada multidetector computed tomography (MDCT) de cuerpo entero, el súmmun de las técnicas de imagen de estudio de momias. La MDCT viene a ser una tomografía axial computerizada o TAC (o escáner) para entendernos. Por supuesto, debían usar un método no invasivo que no perjudicara el estado del cuerpo. Esta tecnología permitió observar el esqueleto completo, los tejidos blandos y las cavidades internas.



MDCT de cuerpo entero mostrando cabeza, tronco y muslos. Las flechas punteadas muestran hueso
esponjoso. Las flechas cortas señalan la duramadre del cerebro y la flecha larga señala el diafragma
que separa cavidad torácica de la abdominal. Nótese la tráquea y la lengua intacta.


Rosalía Lombardo y el "líquido de la perfección"La Ciencia de amara,(2015),http://lacienciadeamara.blogspot.com/2015/10/?m=0.

regulando,(2020),https://www.regiando.com/la-historia-triste-de-la-momia-mas-bella-del-mundo/

Parelcatacumbas,http://www.palermocatacombs.com/explore/alfredo-salafia.

Dónde los muertos no hablan, https://www.ngenespanol.com/fotografia/donde-muertos-no-duermen/amp/.

Investigación por TC multidetector de la momia de Rosalia Lombardo (1918-1920).https://www.semanticscholar.org/paper/Multidetector-CT-investigation-of-the-mummy-of-Panzer-Gill-Frerking/89e75faad6887f23b6907d05ad10e526c46e8efb

sábado, 5 de diciembre de 2020

El color de la muerte

 Se dijo que en la Ópera de París una noche de 1864, la emperatriz Eugenia llevaba un vestido tan impresionante  que llegó a los titulares de los periódicos a la mañana siguiente. 

Los vestido era tan  espectacularles con verde intenso, los colores que tenía eran lo suficientemente vivos como para permanecer inalterados por la luz del gas.








Pocodespués, el "verde de París" se convirtió en el color   de una alta sociedas, aparte de que se encontraban en sus prendas, sino también en sus paredes.

 La tendencia finalmente llegaría a la Inglaterra victoriana con un resultado muy triste.


El verde de París, también conocido como verde esmeralda, era uno de los muchos matices, incluido el verde de Scheele, el primero de su tipo, que acabaría con la vida de las personas en la época victoriana. El pigmento resplandeciente fue la creación de químicos que descubrieron que mezclar cobre con arsénico daba como resultado un tinte que era más brillante y duradero que otros verdes en el mercado.

Marie Curie, la científica polaca galardonada con dos premios Nobel por sus importantes contribuciones a la ciencia, descubrió en 1898 junto a su esposo un elemento nuevo extraído del uranio que tenía unas fascinantes propiedades curativas. Por este motivo, no tuvieron la menor duda de que sería beneficioso añadir el radio a la pasta de dientes, a los medicamentos e incluso al agua y la comida. Tal fue el impacto que tuvo en la sociedad de aquel entonces que, por su llamativo y brillante color verde, muchos diseñadores de joyas y de productos de belleza también se animaron a utilizarlo.

Por desgracia el color verde estaba compuesto fundamentalmente por arsénico, un potente veneno como así se advertía en los botes de tinte y pintura, -ya puedes adivinar que la historia no termino bien.



La gente pensó que el veneno no sería peligroso mientras no se ingiriese, pero lo cierto, es que la humedad del ambiente extrae el arsénico del tinte haciéndolo pasar en estado gaseoso, por lo que las familias completas morían asfixiadas

Como sabemos ahora, el arsénico es una sustancia altamente tóxica que causa lesiones cutáneas, vómitos, diarrea y, en algunos casos, cáncer. 

En el siglo XIX, sin embargo, era tan omnipresente como el plástico , y se abrió camino en los dulces, el papel, los juguetes y las medicinas; que se usara como tinte para ropa y accesorios era demasiado normal.

El enorme poder tóxico de estos verdes no se conoció hasta el año 1822, cuando se hizo pública la receta del arsénico. Para entonces, muchos trabajadores de las fábricas habían muerto a causa de envenamiento, al igual que las mujeres que portaban vestidos tintados con estos tonos. 

Incluso Napoléon, sobre el que se rumorea que en su muerte influyó el hecho de que las paredes de su dormitorio estuvieran tintadas con papel de color verde, pudo verse afectado. Algunas décadas después acabó siendo utilizado como insecticida, razón por la cual el verde sintético está considerado uno de los colores más peligroso aunque no tuviera el componente de radioactividad que sí tenía el radio.

viernes, 20 de noviembre de 2020

El Asesino de Sacramento


Russ Vorpagel era una leyenda en el FBI. Medía 1,93 metros, pesaba 119 kilos, había sido detective de homicidios en Milwaukee, tenía una licenciatura en derecho y era experto en crímenes sexuales y desactivación de bombas. Como coordinador de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI en Sacramento, viajaba a lo largo y ancho de la Costa Oeste impartiendo clases sobre crímenes sexuales en los departamentos de la policía local. Gozaba de gran credibilidad para hacerlo, ya que los policías y sheriffs apreciaban sus extensos conocimientos.


Una mujer asesinada/ Primer asesinato 

Un lunes por la noche, el 23 de enero de 1978, aquella confianza que las policías locales tenían en Vorpagel hizo que recibiera una llamada desde una pequeña comisaría al norte de Sacramento. Se había producido un horrible asesinato en el que lo que se le había hecho a la víctima superaba con creces lo normal. 

Tras terminar el trabajo, sobre las seis de la tarde de aquel 23 de enero, David Wallin, de 24 años, conductor de furgoneta de lavandería, había vuelto a la modesta casa que tenía alquilada en los suburbios y halló a su mujer Terry, de 22 años y embarazada de tres meses, muerta en el dormitorio, con el abdomen acuchillado. Corrió gritando a casa de un vecino, que llamó a la policía. Wallin estaba tan alterado que, cuando las autoridades llegaron, no pudo decirles nada. El primer policía en entrar, un ayudante de sheriff, se quedó igualmente horrorizado. Mas tarde diría que la carnicería que vio le causó pesadillas durante meses.

En cuanto la policía vio la escena, llamaron a Russ y éste, a su vez, me llamó a mí a la Academia del FBI en Quantico. Aunque el asesinato me trastornó bastante, también despertó en mí un gran interés porque parecía que este caso permitiría el uso de las técnicas del perfil psicológico para atrapar a un asesino nada más iniciada su carrera homicida. La mayoría de casos que llegaban a la Unidad de Ciencias de la Conducta (UCC) eran antiguos. El de Sacramento, en cambio, era de lo más reciente.


Los periódicos del día siguiente informaron de que, al parecer, Terry Wallin había sido atacada en el salón de su casa cuando se disponía a sacar la basura. Había señales de una pelea que iban desde la puerta de entrada hasta el dormitorio y se encontraron dos casquillos de bala. 

La mujer fallecida llevaba una sudadera de tipo suéter y unos pantalones; la sudadera, el sujetador y los pantalones le habían sido arrancados y tenía el abdomen acuchillado. Los policías que estaban presentes en la escena del crimen dijeron a los periodistas que no podían determinar el motivo del crimen y que se había descartado el robo como móvil porque no había desaparecido nada.





De hecho, las circunstancias eran mucho peores, pero Russ me dijo que no se habían revelado al público para que no cundiera el pánico. Mucha gente cree que los policías son personas bastante duras y crueles a las que les gusta restregar la basura en la cara de los contribuyentes para que sepan a lo que tienen que enfrentarse cada día. 

Pues en este caso, no; algunos detalles no se difundieron con tal de ahorrarle al público agonía y miedo innecesarios.

Había también otra razón para no decirlo todo: se querían mantener ocultos determinados datos que sólo el asesino podía conocer, datos que más adelante podrían resultar útiles durante el interrogatorio de un sospechoso. Lo que el público no llegó a saber fue lo siguiente: la herida principal era un tajo que iba desde el tórax hasta el ombligo; de dicho corte salían trozos del intestino y se habían extirpado varios órganos internos. Algunas partes del cuerpo habían desaparecido. Había heridas punzantes en el pecho izquierdo de la víctima y parecía que el asesino removió un poco el cuchillo dentro de esas heridas.

 La víctima tenía heces animales introducidas en la boca. Al parecer, alguien había recolectado y bebido parte de la sangre de la víctima.


La policía local estaba horrorizada y desorientada. Russ Vorpagel también estaba alarmado porque, gracias a sus conocimientos sobre los homicidios sexuales, tenía claro —al igual que yo— que había que actuar deprisa, ya que existía un gran peligro de que el asesino de Terry Wallin volviera a matar. El alto nivel de violencia, reflejado en la terrorífica escena del crimen, lo hacía casi seguro. Un asesino así no se iba a conformar con un solo asesinato. Podría seguir toda una cadena de asesinatos. Estaba previsto que yo viajara a la Costa Oeste el lunes siguiente para dar una de nuestras clases itinerantes e hicimos arreglos para que pudiera llegar el viernes anterior (pero con el mismo coste para el contribuyente) y ayudar a Russ a analizareste crimen. Sería la primera vez que yo elaboraría un perfil in situ y me hacía ilusión. Sin embargo, Russ y yo estábamos tan convencidos de que el asesino volvería a matar que no aguardamos a que yo llegara, sino que ya nos pusimos a escribirnos por teletipo, y elaboré un perfil preliminar del probable agresor.

 Por aquel entonces, la confección de perfiles criminales era una ciencia (o arte) relativamente joven, una forma de deducir la descripción de un delincuente desconocido basándose en la evaluación de pequeños detalles de la escena del crimen, la víctima y otros indicios.

Éstas son las notas originales (y no gramaticalmente correctas del todo) que escribí para realizar el perfil preliminar del probable autor de este horrendo crimen:

Varón blanco, entre 25-27 años; delgado, de aspecto desnutrido. Su casa estará muy descuidada y desordenada y habrá pruebas del crimen en ella. Historial de enfermedad mental, consumo de drogas. Será un solitario que no se asocia con hombres ni mujeres, probablemente pasa mucho tiempo en casa, donde vive solo. Desempleado. Puede que perciba algún subsidio por discapacidad. Si convive con alguien, será con sus padres; pero es poco probable. Sin antecedentes militares; no ha terminado los estudios de bachillerato o de universidad. Probablemente sufre de una o varias formas de psicosis paranoide.

Tenía muchas razones para hacer esa descripción tan detallada del probable autor. Aunque las técnicas para elaborar un perfil todavía estaban en mantillas, habíamos revisado suficientes casos de asesinato como para saber que los homicidios sexuales —y éste encajaba en esta categoría, aunque no hubiera indicios de actos sexuales en la escena del crimen— normalmente son cosa de hombres y suelen ser intrarraciales, es decir, blancos contra blancos o negros contra negros. La mayoría de los asesinos sexuales son varones blancos de entre 20 y 39 años;este simple hecho nos permite eliminar grandes segmentos de lapoblación en la primera evaluación de la identidad del autor. 


¿Criminal desorganizado o asesino serial? 

Al tratarse de una zona residencial blanca, estaba todavía más seguro de que el asesino era un varón blanco.Después conjeturé siguiendo la línea divisoria que empezábamos a formular en la UCC, entre, por un lado, los asesinos que muestran cierta lógica en lo que hacen y, por otro, los asesinos cuyos procesos mentales, siguiendo las pautas normales,no son aparentemente lógicos. En otras palabras, los criminales«organizados» versus los «desorganizados». Cuando vi las fotos de la escena del crimen y los informes policiales, tuve claro que este crimen no lo había cometido un asesino «organizado» que acechaba a sus víctimas, perpetraba sus crímenes metódicamente y se esforzaba por no dejar pistas sobre su identidad. No,la escena del crimen indicaba claramente que se trataba de un asesino «desorganizado», alguien que tenía una enfermedad mental seria y totalmente desarrollada. Nadie se vuelve tan loco como el hombre que destrozó el cuerpo de Terry Wallin de un día para otro; hacen falta entre ocho y diez años para desarrollar una psicosis tan profunda como la que se expresó en este asesinato aparentemente sin sentido. La esquizofrenia paranoide suele manifestarse por primera vez en la adolescencia. 

Si suponemos, pues, que la enfermedad se inició a los 15 años y añadimos 10 más, entonces el asesino probablemente tenía alrededor de 25 años. No pensé que fuera mucho mayor por dos razones. Primero, la mayoría de los asesinos sexuales tienen menos de 35 años. Segundo, si ya tuviera alrededor de 30 años,su enfermedad habría sido tan fuerte que ya habría cometido una serie de asesinatos extraños no resueltos. No se había informado de nada tan salvaje como esto en ninguna localidad cercana y la ausencia de otros homicidios destacables apuntaba a que el asesinato de Terry Wallin era el primero cometido por este individuo, que probablemente no había quitado ninguna vida humana antes. El resto de los detalles sobre su aspecto físico eran la consecuencia lógica de mi conjetura de que era un esquizofrénico paranoide y de mis estudios de psicología. 

Pensaba, por ejemplo, que el asesino sería delgado. Me basé para ello en los estudios del Dr. Ernest Kretchmer de Alemania y el Dr. William Sheldon de la Universidad de Columbia, quienes estudiaron los biotipos. Los dos creían que había una alta correlación entre la constitución física y el temperamento. 

Según Kretchmer, los hombres de constitución delgada (los asténicos) tendían hacia las formas introvertidas de esquizofrenia; las categorías de Sheldon eran similares y pensé que, siguiendo su clasificación, el asesino sería ectomorfo. A los psicólogos actuales no les gustan estas teorías sobre biotipos y somatotipos —tienen más de 50 años— pero mi experiencia es que la mayoría de las veces resultan ser correctas, por lo menos cuando se pretende sugerir el tipo de constitución probable de un asesino en serie psicopático.

Así que ésas fueron mis razones para pensar que el asesino tenía que ser un tipo delgado, si no escuálido. Era pura lógica.

Los esquizofrénicos introvertidos no comen bien, no piensan en la nutrición y se saltan comidas. Tampoco prestan mucha atención a su aspecto y no les importa el aseo ni la elegancia. Nadie querría vivir con una persona así, por lo que el asesino tenía que ser soltero a la fuerza. Este razonamiento también me permitía postular que su vivienda estaría hecha un desastre y que no había estado en el ejército, ya que nunca habrían aceptado a una persona tan trastornada como recluta. Del mismo modo,no habría sido capaz de terminar sus estudios universitarios,aunque sí podía haber acabado el bachillerato antes de desmoronarse. Era un individuo introvertido con problemas que se remontaban a la pubescencia. Su empleo, si es que tenía uno,sería de baja categoría, quizá como conserje o barrendero; era demasiado introvertido incluso para realizar las tareas de repartidor. Lo más probable era que fuera un hombre solitario que vivía de un subsidio por discapacidad.

No incluí en el perfil todo lo que opinaba, pero sí creí que,si el asesino tenía coche, el vehículo también estaría hecho un desastre, con envases de comida rápida en la parte de atrás, óxido por todas partes y un aspecto parecido a lo que yo esperaba encontrar en su domicilio. También creí que probablemente vivía en la misma zona que la víctima porque debía estar demasiado trastornado como para desplazarse en coche, cometer un crimen tan horrendo y luego volver a casa con éxito. Muy probablemente se había desplazado andando. Conjeturé que había salido de una institución psiquiátrica recientemente, hacía no más de un año, y que su conducta violenta era el resultado de una larga escalada.

Russ llevó este perfil a varias comisarías de la zona y empezaron a recorrer las calles en busca de sospechosos. Varias docenas de policías fueron de puerta en puerta, hablaron con la gente por teléfono, etc. Los medios de comunicación dedicaron mucha atención al caso y se centraron en dos cuestiones: ¿quién había matado a esta mujer? y —todavía más enigmático— ¿por qué?

Recolección de indicios

A lo largo de las siguientes 48 horas más detalles del crimen fueron viendo la luz. Sacramento es la capital de California;Terry Wallin había sido funcionaria y tenía el día libre.

Aquella mañana de lunes, había hecho efectivo un talón en un centro comercial muy cercano a su domicilio y se especulaba con que el asesino la había observado y seguido a casa. La madre de Terry la había llamado a la una y media del mediodía y nadie había contestado; la oficina del forense decía que Terry había sido asesinada antes de aquella hora. Esta oficina también opinaba que algunas de las heridas punzantes le habían sido infligidas antes de su muerte, pero este dato no fue revelado al público. A través de los medios de comunicación, los investigadores encargados del caso hicieron correr la noticia de que el asesino probablemente se manchó la ropa de sangre y pidieron que, si alguien había visto a un hombre con sangre en la camisa, llamara a un número de teléfono especial.

Segundo homicidio

El jueves siguiente, la zona norte de Sacramento fue sacudida por la noticia de que se habían producido más asesinatos espeluznantes. Alrededor de las doce y media de la noche, un vecino descubrió tres cuerpos en una casa que estaba a menos de una milla de distancia de la de los Wallin. 




Los muertos eran Evelyn Miroth, de 36 años, su hijo Jason, de seis años, y Daniel J. Meredith, de 52 años, un amigo de la familia. Además, el sobrino de Evelyn, Michael Ferreira, de 22 meses, había desaparecido, supuestamente secuestrado por el asesino. Todos habían sido asesinados a disparos y a Evelyn Miroth la habían acuchiklado de un modo similar a Terry Wallin.


El asesino parecía haber cogido la ranchera roja de Meredith para escapar, vehícuko que fue encontrado abandonado cerca de la escena del crimen. Una vez más, no había motivo aparente para el crimen. Se informó de que la casa no había sido saqueada. Evelyn Miroth había sido la madre divorciada de tres hijos: uno vivía con su exmarido y el otro estaba en la escuela cuando la matanza tuvolugar.

Evelyn Miroth había hecho de canguro en el vecindario y muchos de los niños y sus madres la conocían bien; otros niños habían ido a la escuela con su hijo de seis años. Nadie podía imaginar por qué alguien había querido matarlos. Una vecina que se había llevado bien con ladifunta dijo a un periodista que tenía ganas de llorar, «pero también tengo miedo. Ha sido muy muy cerca». 

Las llaves del coche de Meredith y su cartera habían desaparecido. En cambio, Evelyn Miroth había sufrido un ataque aún peor que el de la primera víctima. Fue encontrada desnuda en el borde de una cama, con un disparo en la cabeza y dos cortes abdominales en forma de aspa por los que sus intestinos sobresalían. Sus órganos internos habían sido seccionados y su cuerpo presentaba múltiples heridas producidas con arma punzante, incluidos cortes en la cara y en la región anal. Una muestra indicó la presencia de una cantidad considerable de esperma en el ano.

 En el parque infantil en el que normalmente se quedaba el bebé cuando venía de visita se encontraron una almohada empapada de sangre y una bala. La bañera contenía agua de color rojo, así como tejido cerebral y heces. Parecía que alguien había bebido sangre allí. Otro dato importante era que la ranchera robada fue encontrada cerca, con la puerta abierta y las llaves todavía puestas. No había rastro del bebé, pero la policía estaba bastante segura por la cantidad de sangre hallada en el parque infantil de que ya no estaba vivo.

Un probable sospechoso

Utilizando esta información y teniendo presente que era un asunto urgente porque el asesino volvería a matar con toda seguridad y, además, lo haría pronto, ajusté el perfil que había elaborado hacía sólo un par de días. El vínculo sexual entre los crímenes había quedado más claro. Aumentaba el número de víctimas en una sola escena de crimen.  

Para entonces ya era sábado. La policía averiguó que Richard Trenton Chase vivía a menos de una manzana del coche abandonado, una milla al norte del club de campo y una milla al este del centro comercial. Vigilaron la zona alrededor de su domicilio y esperaron a que saliera. En ese momento, Chase sólo era uno de entre media docena de posibles sospechosos.

No contestó a las llamadas telefónicas y a última hora de la tarde los policías decidieron usar una estratagema para intentar que saliera. Sabían que el asesino poseía un revólver del calibre 22 y que no tenía reparos en matar, por lo que obraron con cautela. Un policía fue a ver al administrador de la finca, fingiendo que quería utilizar el teléfono, mientras el otro se alejó andando. Momentos más tarde, Chase apareció en la puerta de entrada de su casa con una caja bajo el brazo y empezó a correr hacia su furgoneta.

En cuanto echó a correr, los policías sabían que era el hombre que buscaban e intentaron atraparlo. Durante el forcejeo, un revólver cayó de la funda sobaquera que Chase llevaba.



Cuando ya lo tenían agarrado, intentó ocultar lo que tenía en el bolsillo trasero del pantalón: la cartera de Daniel Meredith. La caja que llevaba estaba llena de trapos ensangrentados. Cerca de su casa estaba aparcada su furgoneta, que tenía una docena de años y se encontraba en malas condiciones, con periódicos viejos, latas de cerveza, cartones de leche y trapos esparcidos en su interior. 

También había una caja de herramientas cerrada con llave y un cuchillo de carnicero de 30 centímetros,así como unas botas de caucho manchadas con lo que parecía ser sangre. 

En su domicilio —que estaba de lo más desordenado— se encontraron algunos collares de animales, tres licuado ras con sangre y artículos de periódico sobre el primer asesinato. Había ropa sucia esparcida por toda la casa, alguna ensangrentada. 

Utensilio de cocina

En el frigorífico había varios platos con trozos de cuerpos humanos y un contenedor con tejido cerebral humano. Un cajón de la cocina contenía varios cuchillos que provenían de la casa de los Wallin. En la pared había un calendario con la inscripción «Hoy» en las fechas en que se produjeron los asesinatos en casa de los Wallin y los Miroth-Meredith; la misma inscripción estaba en 44 fechas más, repartidas por todo el año 1978. ¿Habría cometido 44 asesinatos más? Afortunadamente, nunca lo sabremos.

La policía sintió un gran alivio al atrapar al culpable —no cabía ni la menor duda de que Chase era el asesino, dadas las pruebas que llevaba encima y las descripciones en las que encajaba—. 

Todo el mundo estaba agradecido al FBI y apreciaba la ayuda del perfil elaborado. Algunos incluso dirían más tarde que lo que atrapó al asesino fue el perfil. Eso, por supuesto, no era verdad. Nunca es verdad. Los perfiles no atrapan a los asesinos; quienes los atrapan son los policías que trabajan al pie de cañón, muchas veces a fuerza de perseverar tenazmente, con la ayuda de ciudadanos normales y corrientes y, desde luego, con un poco de suerte. Mi perfil fue una herramienta de investigación que en este caso ayudó a restringir mucho la búsqueda de un asesino peligroso. ¿Que si mi trabajo ayudó a atrapar a Chase? Desde luego, y estoy muy orgulloso de ello. Pero ¿lo atrapé yo mismo? No.

El hecho de que Chase encajara como un guante en el perfil que yo había elaborado con Russ Vorpagel fue gratificante por dos motivos. Primero, porque ayudó a detener a un asesino violento que, sin lugar a dudas, habría seguido matando.

Segundo, porque cuando el asesino encajó en el perfil, aquello nos proporcionó a los de UCC más información sobre el modo de evaluar futuras escenas de crimen e identificar las señales características que los asesinos dejan tras de sí; resumiendo, nos ayudó a seguir refinando el arte (y sí, quiero decir arte, porque no se podía calificar de ciencia todavía) de elaborar perfiles.

En los días y meses siguientes a la detención de Chase,seguí muy de cerca toda la información que iba saliendo sobre este extraño hombre. Casi en seguida fue conectado con un asesinato no resuelto que había ocurrido en diciembre, no muy lejos de donde tuvieron lugar los otros dos crímenes. 

Análisis

Resultó que me había equivocado respecto a Terry Wallin: no era la primera víctima, sino la segunda. El 28 de diciembre de 1977, el señor Ambrose Griffin y su mujer habían vuelto a casa del supermercado y estaban trasladando las compras del coche al interior de su casa. Chase pasó en su furgoneta y efectuó dos disparos, uno de los cuales alcanzó a Griffin en el pecho, matándolo. Las pruebas balísticas realizadas del revólver del 22 de Chase después de los dos asesinatos mostraron que la bala que mató a Griffin provenía de ese mismo revólver.Chase también se ajustaba a la descripción del agresor desconocido que cometió algunos robos fetichistas en la zona anteriormente y fue también señalado como el probable secuestrador de gran número de perros y gatos. En su casa se encontraron varios collares y correas de perros que correspondían a los animales desaparecidos en el área. 

Chase probablemente sacrifico esos perros y gatos para sus extraños fines; puede que incluso bebiera su sangre, aunque nunca pudimos constatarlo con seguridad.

Diversas búsquedas por ordenador revelaron que, a mediados de 1977, tuvo lugar un incidente en la zona del Lago Tahoe,cuando un policía indio de una reserva interceptó y detuvo a un hombre con la ropa ensangrentada y en cuyo coche había armas de fuego y un cubo con sangre; era Chase. En aquella ocasión se libró porque la sangre era bovina. Pagó una multa y justificó la presencia de la sangre en su ropa diciendo que había estado cazando conejos.


A medida que los periodistas y el equipo jurídico iban entrevistando a personas que lo habían conocido y conforme iban descubriendo informes sobre Chase, toda su penosa historia salió a la luz. 

La historia de un asesino 

Chase en su juventud 

Chase nació en 1950 en una familia de ingresos medios y fue considerado como un hijo dulce y cooperador.

A los ocho años se meaba en la cama, pero no lo hizo por mucho tiempo. Al parecer, sus problemas comenzaron de verdad cuando tenía unos doce años, cuando sus padres empezaron a pelearse en casa. Su madre acusaba a su padre de serle infiel, de envenenarla y de consumir drogas. Cuando se entrevistó al padre, dijo que su hijo debió de haber escuchado aquellas acusaciones y discusiones. Más tarde, un equipo de psicólogos y psiquiatras entrevistó a la familia y calificaron a la Sra.Chase como la madre clásica de un esquizofrénico, «altamente agresiva... hostil... provocadora». Las discusiones entre los dos continuaron durante casi diez años y al final se divorciaron y el padre volvió a casarse.

Chase tenía un CI casi normal alrededor de 95 y era,simplemente, un estudiante del montón en la escuela secundaria, allá a mediados de los años 60. Tuvo novias pero las relaciones siempre se rompían cuando llegaban al punto en que él intentaba practicar el sexo y no lograba mantener una erección.

No tuvo amigos íntimos ni relaciones duraderas con nadie más que con su familia. Los psiquiatras y psicólogos que le examinaron más tarde opinaron que su deterioro mental empezó a fraguarse en el segundo curso de secundaria, cuando se volvió «rebelde y retador, carecía de ambición y su cuarto siempre estaba desordenado. Fumaba marihuana y bebía mucho». Una de sus antiguas amigas íntimas dijo que empezó a frecuentar a la gente que tomaba LSD. Fue detenido en 1965 por posesión de marihuana y condenado a realizar labores de limpieza en la comunidad.

 

Hogar de Chas

Cuando esta información se publicó, los periodistas y muchas otras personas interpretaron que Chase había cometido sus asesinatos bajo la influencia de las drogas. Yo no estaba de acuerdo. Aunque las drogas pudieron haber influido en el desarrollo de la grave enfermedad mental que Chase padecía, no jugaron, realmente, ningún papel en los asesinatos. 

De hecho,nuestras investigaciones han demostrado que, aunque las drogas están presentes en muchos casos de asesinato en serie, raramente son un factor precipitante; las auténticas causas son más profundas y complejas.Pese a su deterioro, Chase logró terminar los estudios secundarios y tuvo un empleo durante varios meses en 1969;fue el único trabajo en el que duró más de un par de días.

Empezó una carrera universitaria, pero no pudo con el ritmo de trabajo o —según recordaron sus amigos— la presión social de la vida universitaria. En 1972 fue arrestado por conducir ebrio.

Aquello pareció causarle una gran impresión porque, como él mismo indicó, no volvió a beber más. Sin embargo, fue cuesta abajo. En 1973 lo detuvieron por llevar una pistola sin permiso de armas y resistirse a la detención. Fue a raíz de un incidente en un piso donde gente joven celebraba una fiesta y Chase intentó tocarle un pecho a una chica. Lo expulsaron de la fiesta y, cuando volvió, los chicos se le echaron encima y lo mantuvieron bajo control hasta que llegó la policía. Mientras lo tenían agarrado, una pistola del calibre 22 se cayó de su cinturón. Los cargos se redujeron a una falta, pagó una multa de 50 dólares y salió libre. Era incapaz de seguir en un puesto de trabajo e iba alternando entre la casa de su madre y la de su padre, quienes lo mantenían económicamente.

Un nuevo hogar para Chase

En 1976, tras intentar inyectarse sangre de conejo en las venas, fue enviado a un psiquiátrico. El juez designó a varios tutores que se encargaran de los asuntos de Chase, aliviando así a los padres de esa responsabilidad; la verdad es que ya para entonces era imposible que una sola persona cuidara de Chase.

La tutoría también es un modo de que el Estado se encargue del coste de cuidar de una persona mentalmente trastornada; cualquier familia excepto las más ricas entraría en bancarrota si tuviera que pagar las facturas sin ayuda. Algunas de las enfermeras del psiquiátrico dijeron más tarde que Chase «daba miedo». Cazaba pájaros entre los arbustos y les mordía la cabeza, y varias veces lo encontraron con la cara y la camisa ensangrentadas. 

En su diario describía cómo mataba animales pequeños y el sabor de la sangre. Dos auxiliares dejaron el trabajo por la presencia de Chase en el hospital. El personal empezó a referirse a él como «Drácula».

Todas estas acciones extrañas tenían una razón, por lo menos en la mente de Chase; creía que estaba siendo envenenado, que su propia sangre se estaba convirtiendo en polvo y que necesitaba sangre ajena para reponer la suya propia y evitar la muerte. Los médicos del centro ordenaron a un enfermero que pusiera a Chase en una habitación con otro paciente una noche.El enfermero se negó a hacerlo porque, si pasaba algo (lo cual era muy posible, según el enfermero), podía perder su licencia.

Con la medicación se logró controlar y estabilizar a Chase y, en un momento dado, uno de los psiquiatras quiso darle el alta y tratarlo como paciente externo, y así hacer sitio para pacientes de mayor gravedad. El enfermero recordó: «Cuando nos enteramos de que le iban a soltar, pusimos todos el grito en el cielo pero no sirvió de nada.» Un médico independiente al que se preguntó más tarde cómo fue posible que Chase fuera dado de alta,dijo que probablemente fue porque «su medicación lo tenía bajo control». (Los familiares de las víctimas demandaron más tarde a los psiquiatras que dejaron que Chase saliera del hospital, reclamando una considerable indemnización por daños.)

Chase salió en 1977 y quedó, la mayor parte del tiempo,bajo los cuidados de su madre, que le consiguió una casa, la misma en la que finalmente fue detenido. Pasaba algún tiempo con ella pero solía estar solo. Era paciente externo y vivía gracias a una pensión por discapacidad, alardeando con los que le conocían de que no necesitaba trabajar. 

Algunas de las facturas de la casa las pagaba su padre, quien también intentaba pasar tiempo junto a su hijo y le llevaba de excursión fines de semana y le compraba regalos. Los antiguos conocidos que se encontraban con él tras su salida del hospital dijeron que parecía vivir anclado en el pasado, que hablaba de sucesos que tuvieron lugar en la escuela secundaria como si fueran recientes y que no comentaba nada sobre los últimos ocho o diez años. 

De lo quesí hablaba era de platillos volantes, OVNIs y una mafia del partido nazi que, según él, había estado operando en su escuela secundaria y todavía le perseguía. Cuando su madre se quejó de que tenía la casa desordenada, le prohibió la entrada. 

Cuando su padre fue a rescatarle después del incidente cerca del Lago Tahoe, Chase dijo que los policías locales habían malinterpretado un simple accidente de caza.

Aquel incidente tuvo lugar en agosto de 1977. Desdeentonces hasta el descubrimiento de su primer asesinato, las acciones de Chase reflejan con tanta claridad su deterioro mental y la consecuente escalada de su conducta violenta que conviene analizarlas detenidamente. En septiembre, después de una discusión con su madre, Chase mató al gato de ésta. 

En octubre compró en dos ocasiones perros en la perrera por unos 15 dólares cada uno. El 20 de octubre robó gasolina para su furgoneta por valor de dos dólares; cuando un policía le interrogó al respecto se mantuvo tranquilo, negando la acusación, y el policía le dejó marchar. A mediados de noviembre, respondió a un anuncio en el periódico local que ofrecía cachorros de Labrador y regateó hasta conseguir llevarse dos por el precio de uno. 

Más tarde, en noviembre, robó un perro en la calle y cuando los propietarios pusieron un anuncio en el periódico preguntando si alguien lo había visto, los llamó para atormentarlos. 

 Chase fue a una armería y compró un revólver del 22. Tenía que rellenar un formulario con la pregunta de si alguna vez había estado en una institución mental y juró que no. Como había tiempo de espera, tuvo que aguardar hasta el 18 de diciembre para recoger el arma. Mientras tanto,hizo gestiones para renovar los papeles de su furgoneta y realizó algunas otras gestiones que requerían tener una mente coherente. Recortó artículos de periódicos sobre un estrangulador en Los Ángeles y señaló con un círculo anuncios de perros gratis.

 Su padre le llevó a una tienda para escoger un regalo de Navidad y Chase aceptó un anorak amarillo que no se quitó desde entonces.

Tras recoger el revólver en la tienda el 18 de diciembre y comprar varias cajas de munición, empezó a disparar. 

Primero,hizo un solo disparo contra un muro sin ventana de la casa de una familia apellidada Phares. Un día más tarde disparó una sola vez contra la ventana de la cocina de los Polenske, partiéndole el pelo a la Sra. Polenske, que estaba inclinada sobre el fregadero. Poco tiempo después, Chase efectuó dos disparos sobre Ambrose Griffin, uno de los cuales lo mató. La casa de los Griffin estaba en frente de la de los Phares. Los disparos contra la Sra. Polenske y Griffin no fueron aleatorios; análisis posteriores demostraron que, al disparar desde un vehículo en movimiento, era difícil no alcanzar los muchos árboles que rodean la casa de los Griffin y darle al alguien en el pecho. La Sra. Polenske tenía muchísima suerte de estar viva.

El 5 de enero de 1978, Chase compró un ejemplar del periódico Sacramento Bee en el que había un editorial de condena social sobre la muerte de Griffin; lo recortó y se lo guardó. El 10 de enero compró tres cajas más de munición. El 16 de enero prendió fuego a un garaje con el fin de expulsar del barrio a unas personas que le habían molestado poniendo la música alta.


Reconstrucción de los hechos

El 23 de enero, el día en que mató a Terry Wallin, la policía logró reconstruir todos los movimientos de Chase. 

Al inicio del día, intentó entrar en una casa del barrio pero en la ventana de la cocina se topó de cara con la mujer que vivía allí. Entonces, se sentó en el patio sin moverse durante algún tiempo. La mujer llamó a la policía pero Chase se fue antes de que llegaran.Pocos minutos después, un hombre sorprendió a Chase cuando éste había entrado ilegalmente en otra casa. Chase huyó, el hombre lo persiguió por la calle, lo perdió y volvió para evaluar los daños. Chase se había llevado algunos objetos de valor,había defecado en una cama de niño y orinado en algunas prendas en un cajón —estos últimos comportamientos son típicos de robos fetichistas. Una hora después, Chase estaba en el aparcamiento del centro comercial, donde se encontró con la mujer que le conocía de la escuela secundaria y que desconfió de él.



Chase llevaba la camisa manchada de sangre, tenía costras amarillas alrededor de la boca y era tan diferente de como la mujer le recordaba que se quedó pasmada. De hecho, no lo reconoció hasta que él le preguntó si ella estaba en la moto cuando su antiguo novio, un amigo de Chase, se mató en un accidente. Contestó que no y le preguntó quién era. Chase dijo su nombre y ella intentó distanciarse, aduciendo que tenía que ir al banco. Se quedó esperándola, la siguió a su coche e intento introducirse por el lado del pasajero; ella puso el seguro y salió disparada. Unos minutos más tarde, Chase cruzó el porche de una casa cercana al centro comercial y, cuando el propietario le gritó que no lo hiciera, contestó que sólo estaba tomando un atajo. 

Entonces, salió de la propiedad y entró en la casa de al lado, la de Terry Wallin.

A mediados de 1978, el cuerpo del niño desaparecido había sido encontrado, también cerca de la casa de Chase. Éste se había negado a contar mucho en la cárcel. El lugar previsto para el juicio se cambió de Sacramento a Palo Alto y hubo más retrasos. Durante el año siguiente, un psiquiatra logró ganarse la confianza de Chase y conversar con él. En una de sus charlas,obtuvo la siguiente confesión bastante extraordinaria, en respuesta a la pregunta de si Chase habría seguido matando.

Palabras de Chase:


La primera persona a la que maté fue por accidente. Mi coche estaba estropeado. Quería irme pero no tenía transmisión. Tenía que conseguir una casa. Mi madre no me quería acoger en Navidades. Antes siempre me acogía en Navidades,cenábamos y yo hablaba con ella, con mi abuela y con mi hermana. Aquel año no me dejó ir a su casa y disparé desde el coche y maté a alguien. La segunda vez, las personas habían ganado mucho dinero y tenía envidia. Me estaban vigilando y

disparé a una señora conseguí algo de sangre de aquello. Fui a otra casa, entré y había una familia entera ahí. Les disParé a todos. Alguien me vio allí. Vi a una muchacha. Ella había llamado a la policía y no habían podido localizarme. La novia de Curt Silva… el que se mató en un accidente de moto,lo mismo que un par de amigos míos y tuve la idea de que lo habían matado a través de la Mafia, que él estaba en la Mafia,vendiendo droga. Su novia recordaba lo de Curt; yo estaba intentando sacar información. Dijo que se había casado con otro y no quiso hablar conmigo. Toda la Mafia estaba ganado dinero haciendo que mi madre me envenenara. Sé quiénes son y creo que se puede sacar esto en un juicio si, como espero, logro recomponer las piezas del puzzle.

 

El juicio se inició a principios de 1979 y, el 6 de mayo de aquel año, Iris Yang, periodista del Sacramento Bee, describió a Chase: 

El acusado estaba totalmente apático. Sombrío, pelo marrón lacio, ojos apagados y hundidos, tez cetrina y delgadez extrema, no le sobra apenas carne en los huesos. Durante los últimos cuatro meses y medio, Richard Trenton Chase, a sólo unas semanas de su 29 cumpleaños, ha estado sentado encorvado, jugando con los papeles que tiene delante de él o con la mirada vacía puesta en las luces fluorescentes de la sala.


Sólo hubo juicio porque la fiscalía se empeñó en pedir la pena de muerte, basándose en una nueva ley estatal recientemente aprobada en California. La defensa quería que Chase fuera considerado mentalmente enfermo e incapaz de someterse a juicio, pero la fiscalía argumentó que Chase había tenido suficiente «astucia y conocimiento» en el momento de los crímenes para ser considerado responsable de sus actos y tener que responder por ellos. 

Le acusaron de seis asesinatos en primer grado: Terry Wallin, las tres personas en casa de los Miroth, el bebé muerto y Ambrose Griffin. El jurado sólo deliberó un par de horas y le declaró culpable de todos los asesinatos. El juez lo mandó al corredor de la muerte de San Quintín a la espera de su ejecución en la silla eléctrica.

 

Muerte


En la Navidad de 1980, lo encontraron muerto en su celda en Vacaville. Había estado ahorrando muchas pastillas antidepresivas de las que recibía para controlar sus alucinaciones y convertirlo en un preso manejable, y se las había tomado todas de una vez.


Algunos dijeron que era un suicidio; otros siguieron creyendo que había sido un accidente, que Richard Trenton Chase había ingerido todas las pastillas en un intento de acallar las voces que le habían impulsado a matar y que le atormentaron hasta el día de su muerte.





 Ressler,R,K. Shachtman,T. (2016).ASESINOS EN SERIE. Editorial Ariel; España.