domingo, 4 de octubre de 2020

Aspectos generales de la antropología forense

 El público ve la Antropología forense como disciplina moderna, y así es. Pero tienen una larga historia en el desarrollo de la obra de antropólogos físicos fascinados por las colecciones anatómicas de museos y universidades. Los antropólogos han insistido en ofrecernos sus observaciones acerca de las diferencias esqueléticas, remitiendo escritos al respecto a sociedades profesionales desde muchos decenios antes de que se considerara siquiera la aplicación legal de su saber. 

Las primeras muestras de lo que llamamos antropología forense pueden atribuirse a unos pocos juristas envueltos en complicadas batallas legales. Buscaron los conocimientos necesarios para ganar y se sirvieron de ellos en los procesos en que estaban inmersos. Poco a poco, en el curso de los últimos ciento cincuenta años,

los antropólogos han respondido con investigaciones selectivas, al tiempo que hacían acopio de datos sobre el funcionamiento de las leyes, el saber de otros científicos forenses y las condiciones del entorno de los tribunales. 


OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ANTROPOLÓGICA

Son los mismos que los de la investigación médico-legal sobre una persona recientemente fallecida: identificación, determinación de la causa y forma de la muerte, estimación del momento del suceso y captación de toda evidencia física en apoyo de las conclusiones o que conduzca a una ulterior información.

El trabajo del antropólogo se superpone al del investigador criminal y al del médico forense. La elección del especialista la dicta el lugar y la naturaleza del material de examen:

• El antropólogo con adiestramiento osteológico (en general un antropólogo físico) maximiza la información extraída de los restos humanos esqueletizados.

• El antropólogo con adiestramiento arqueológico optimiza la recuperación de las pruebas enterradas en la escena del crimen.

Cuestiones básicas de la identificación personal

• ¿Son restos humanos? (frecuentemente no).

• ¿De un individuo o de varios?

• ¿Qué aspecto tenía la persona? (la descripción debe incluir sexo, edad, ra-

za, talla, físico y lateralidad funcional: diestra/zurda).

• ¿De quién se trata? ¿Hay rasgos esqueléticos o anomalías que puedan facilitar una identificación tentativa o positiva?

Los antropólogos forenses recogen asimismo toda la evidencia física que pueda ayudar a resolver las cuestiones relativas a las circunstancias de la muerte. Ésta es otra área en la que el adiestramiento antropológico de amplio espectro es muy útil, en particular en condiciones de cruce de culturas.


¿En qué se diferencia el trabajo de un antropólogo del de un patólogo o médico forense?.


Habitualmente, el médico forense es convocado para el examen de un cuerpo con su carne; el antropólogo se enfrenta a un esqueleto. El primero centra su atención en los datos que puede extraer de los tejidos blandos; el segundo atiende a los duros. Sin embargo, dado que la descomposición sigue un proceso continuo, el trabajo de ambos tiende a superponerse. Un médico forense puede ser útil cuando el esqueleto presenta tejidos momificados; el antropólogo, cuando la descomposición está muy avanzada o el trauma óseo es un elemento principal en la muerte. La simple identificación visual es prácticamente imposible en una investigación antropológica. La identificación personal requiere, por tanto, más tiempo y atención.

También varía el efecto legal. El médico forense está autorizado a realizar una autopsia y emitir un juicio sobre la causa y forma de la muerte. El antropólogo forense efectúa un análisis del esqueleto y opina al respecto pero no emite un juicio de valor legal en cuanto a la causa y forma de la muerte.



1. DETERMINACIÓN DE LA ESPECIE

La primera pregunta que nos planteamos al iniciar el estudio de unos restos es si son animales o humanos, responder a esta pregunta no suele plantear demasiados problemas si aparece el esqueleto completo y si tenemos un buen conocimiento de la anatomía humana, haciendo en este caso, un estudio de anatomía comparada.

Se puede plantear que los huesos que aparezcan sean escasos y, por ejemplo, se trate de los huesos de las manos o de los pies, en cuyo caso puede existir confusión con otra especie. En alguna ocasión ha ocurrido con los osos, que tienen una constitución Ósea de manos y pies muy parecida a la humana. Y por supuesto este problema, incluso en huesos largos, se puede agudizar si los restos  pertenecen a algún tipo de simio. Pero la posibilidad en nuestro medio de que se nos plantee este diagnóstico diferencial es remota. Reverte (1991) señala que, además de la anatomía comparada, existen ciertas características que pueden ser válidas para la diferenciación animal-humano:

Peso: El hueso animal pesa proporcionalmente mas que el hueso humano.

Densidad: El hueso animal es mas denso y compacto que el hueso humano, y el tejido esponjoso tiene trabéculas mas grandes, densas y compactas que el tejido trabecular esponjoso humano.



 Indice medular

Es un método que actualmente esta· superado por los métodos biológicos. Su calculo se establecía de la siguiente forma:

 

Indicé medular

Diámetro mínimo del conductor medular/ Diámetro mínimo de la diáfisis.

En el hombre el resultado es de 0,45. En los animales en cambio el indice esta por encima de 0,50. En el feto humano los valores están comprendidos entre 0,15-0,48.


 Sonido: Si se golpean suavemente entre sí dos huesos animales se produce un sonido casi metálico. Por el contrario si golpeamos suavemente un hueso humano contra otro, el sonido es mas apagado.

Puede ocurrir que el hallazgo sean pocos huesos y muy fragmentados por lo que nos sea difícil discernir si son de origen humano o animal. En este caso para su diferenciación se han usado:

a) Métodos histológicos. Estudiando la forma y el tamaño de los conductos de Havers.

b) Estudio inmunológico. Es un método muy fiable para determinar si el hueso es de origen humano o animal. Para ello se preparan 2 gramos de harina de hueso que se macera con suero fisiológico a 4 ºC durante 48 horas. Se filtra al cabo de ese tiempo y se pone en contacto con un suero 

anti proteínas humanas. Una reacción de floculación positiva o precipitación indica que se trata de un hueso humano.

Ultimamente, en algunos laboratorios, se extrae ADN del hueso y se compara con ADN humano o de otros animales, dando el diagnostico no solo de si se trata de hueso animal, sino a quÈ animal pertenece.


Anadón,B,M,J. Robledo,A,M,M. (2010). MANUAL DE CRIMINALÕSTICA Y CIENCIAS FORENSES. Tecnicas forenses aplicadas a la investigación criminal. Editoral TEBAR; Madrid.

Ramey,B,K. (2007) Antropología forense. Pearson Educación; Barcelona.

Patito,A,J.(2000).Medicinal legal. Argentina:Ediciones centro norte.