miércoles, 22 de julio de 2020

Síndrome de Lima



La mente humana sigue siendo un misterio en pleno siglo XXI. De hecho, hay casos como el síndrome de Lima que nos dejan estupefactos. Es un fenómeno tan complejo que sorprende a propios y extraños. Hoy en día, aún se considera, en parte un gran misterio.



El síndrome de Lima es considerado como uno de los fenómenos más complejos y extraños que se presenta en la mente de algunas personas. En contraste con el Síndrome de Estocolmo, este se caracteriza por que el secuestrador desarrolla sentimientos y emociones por su víctima.

El síndrome de Lima hace referencia a una reacción psicológica por parte del secuestrador, que desarrolla simpatía y un vínculo emocional hacia su víctima. Se trata de una respuesta paradójica por la que la persona secuestradora empatiza con la víctima y se preocupa tanto por sus necesidades como por su bienestar. Este síndrome básicamente es el síndrome de Estocolmo al revés, ya que en este último son las víctimas las que desarrollan un vínculo afectivo y de complicidad con sus secuestradores. En algunas ocasiones el síndrome de Lima y el de Estocolmo pueden ocurrir a la vez, cuando el vínculo entre la persona captora y la cautiva es mutuo.


Origen del síndrome de Lima


Esta perturbación debe su nombre al acontecimiento ocurrido en Perú en 1996. El secuestro de varios personajes diplomáticos en la embajada japonesa ubicada en Lima, la capital de este país por parte de un movimiento revolucionario, hizo que el mundo entero virara su mirada a tal suceso.
Después de que los secuestradores pidieran grandes sumas de dinero por la liberación de sus capturados, días más tarde, poco a poco fueron liberándolos. Esto gracias a los sentimientos de empatía que generaron hacia las víctimas. 

El grupo de terroristas ocupo la casa del embajador de Japón, en el cual celebraban el cumpleaños del emperador, Akihito. 

Retuvieron a unos 800 rehenes, pero la gran mayoría fueron liberados casi al instante sobre todo mujeres y niños, quedando sólo 72 cautivos. Con el paso de los días, los secuestradores crearon importantes vínculos afectivos con los rehenes, hasta que finalmente liberaron a 71 personas, ya que una persona falleció. Sin embargo, antes de llevar a cabo el plan, establecieron que, en caso de que la policía los atrapara, matarían a todos los rehenes.

Los secuestradores fueron estableciendo fuertes vínculos con ellos y los fueron liberando a todos (incluido a aquellos con los que podían haber llegado a un acuerdo muy ventajoso).

ya que una persona falleció. Sin embargo, antes de llevar a cabo el plan, establecieron que, en caso de que la policía los atrapara, matarían a todos los rehenes.

Existe otra versión acerca del origen de este síndrome: un psiquiatra fue secuestrado en Lima y, al ser este conocedor del síndrome de Estocolmo, aplicó sus conocimientos con la persona secuestradora para ganarse su compasión y simpatía.



Características

En primer lugar, hablamos de un mecanismo muy contradictorio. Es decir, el secuestrador atenta contra la voluntad y el bienestar de la víctima pero posteriormente se preocupa por ella. Algunas conductas características son (Cely & Gómez, 2002):

    1. Evita dañar físicamente a la víctima.
    2. Socializar con ella, hasta el punto de desahogarse y expresar sus sentimientos.
    3. Le da ciertas libertades a la víctima o incluso llega a liberarla.
    4. Se preocupa por su estado físico y emocional.
    5. Establecen conversaciones sobre temas variados.
    6. El secuestrador, incluso, comparte datos personales con la víctima (historias de su infancia, metas, anhelos…).
    7. Generan sentimientos de empatía y compasión hacia su víctima. 
    8. Realizan diferentes gestos de amabilidad hacia la persona que retiene contra su voluntad.
    9. La persona que realiza el secuestro busca y fomenta la conversación acerca de diversos temas como forma de acercamiento.
    10. Puede llegar a prometerle a la víctima que no le va a hacer daño o que incluso la protegerá, ya que el secuestrador puede desarrollar la idea de que es una figura protectora para la víctima.
    11. En el síndrome de Lima el secuestrador genera una ilusión por la que se percibe a sí mismo como cuidador y protector de la persona cautiva.
    12. El secuestrador emplea una gran cantidad de esfuerzo en mejorar las condiciones de la víctima mientras tiene lugar el secuestro.
    13. Puede incluso hacerle promesas («yo te protegeré», «no te va a pasar nada»…).
    14. Prometer que cuidará de ella tanto física como emocionalmente.
    15. Percibir sentimientos de atracción por la víctima e incluso tratar de seducirla, en ocasiones.
    16. El secuestrador piensa que no está actuando de manera ilegal ni atentando contra la vida de la persona secuestrada. Por el contrario, cuida y se preocupa por ella.
    17. Este síndrome se trata de una compleja situación psicológica que ocurre en la mente del secuestrador. De esta manera, con el paso del tiempo, empieza a desarrollar un vínculo emocional con su víctima.

    El síndrome de Lima se asocia, sobre todo, a ciertas variables ambientales, así como condiciones intrapersonales. A veces, la corriente afectiva creada por el secuestrador se debe a que tenga poca experiencia delictiva, se arrepienta, esté obligado a hacerlo o piense que el secuestro pudiese tener un final nefasto.

    Esta reacción psicológica es una respuesta paradójica donde la empatía emocional es el impulso que lleva a que el captor irónicamente se preocupe por el bienestar y salud de su secuestrado. En algunos casos el síndrome de Estocolmo y el de Lima pueden hacerse presentes simultáneamente.

    ¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Lima?
    Las investigaciones han arrojado qué con cierta frecuencia se manifiesta este comportamiento, lo que evidencia la presencia de este síndrome. Dentro de los indicadores más destacados se encuentran: evitar lastimar bajo ninguna circunstancia al secuestrado, expresar sentimientos de compasión por la situación causada, pronunciar gestos de amabilidad, desarrollo de preocupación por la salud de la víctima, concesión de libertades ocasionales.
    Además, el secuestrador puede conversar acerca de sus experiencias sentimentales para buscar el acercamiento con su confinado. Por último, puede convertirse en una figura protectora haciendo promesas de qué nada le ocurrirá al secuestrado.

    Posibles causas del síndrome




    Es la consecuencia de la interacción de diversos factores conductuales que psicológicamente estructuran un perfil que se presenta en un delincuente. Entre las más destacadas se encuentran: la disparidad en el método en el que se usa para llevar a cabo el secuestro. Cuando las personas forman parte de una banda, muy probablemente no están de acuerdo con ejecutar un secuestro y pueden ceder ante la presión de los demás. 
    Por lo tanto, para comprender el síndrome de Lima, debemos atender a las condiciones internas del secuestrador y a las condiciones del contexto del secuestro. Cualquier explicación por separado sería demasiado reduccionista. De esta manera, nos ayudaría conocer las condiciones psicobiográficas del secuestrador, así como las circunstancias que motivaron el secuestro.

    El síndrome de Lima se debe a una interacción entre las características internas de la persona secuestradora y las condiciones ambientales del secuestro. Entre las posibles causas o explicaciones a esta respuesta psicológica se han identificado las siguientes:

    • A lo mejor el secuestrador, se ha visto obligado a retener a la víctima por extrema necesidad (drama familiar, situación económica grave, desorden mental…).
    • Puede que el secuestrador carezca de unacarrera delictiva, sea inexperto o sea capaz de empatizar con las personas (no tiene trastorno antisocial de la personalidad).
    • Quizá uizá el secuestrador piense que no va a salir con vida del secuestro.
    • Puede que el agresor tuviera premeditado que no quiere dañar a las víctimas, estas simplemente son un medio para conseguir algo, son un instrumento para lograr un fin.
    • Es probable que el secuestrador acabe desarrollando sentimientos de culpabilidad y cuestione sus propios actos. A modo de redención puede preocuparse por el bienestar de la víctima.
    • Puede que la persona que realiza el secuestro crea que no va salir de él con vida o que crea que no es capaz de mantener retenida a la víctima durante mucho más tiempo, por lo que decide liberarlas.
    • Es posible que el secuestrador no haya realizado anteriormente ningún otro acto delictivo y tenga una gran capacidad empática.
    • Puede que la persona secuestre a su víctima debido a sentimientos previos de enamoramiento o atracción. Es por ello, que una vez en cautiverio cuida de su bienestar, ya que el secuestrador alberga sentimientos hacia su víctima y busca seducirla y agradarle.

    La paradoja del síndrome de Lima

    Quizá lo más sorprendente (es decir, la paradoja del síndrome de Lima) es que el secuestrador se comporta como si no estuviera coartando la libertad de la víctima. Sorprendentemente, el secuestrador crea una ilusión en la cual es él quien está cuidando y preocupándose por su víctima.
    De esta manera, el secuestrador hace lo posible para mejorar las condiciones de la víctima. De hecho, le evita cualquier daño o malestar. ¿Está enferma? La cura. ¿Tiene una herida? La limpia y cura. ¿Tiene hambre? Le consigue la mejor comida posible. De repente, se crea una situación en la mente del secuestrador en la que se convierte en algo parecido a un cuidador de la víctima.

    El colmo de todas las situaciones anteriores es que el secuestrador desarrolló un  sentimiento  amoroso hacia la víctima. Entonces, tratará de seducir y cortejar a la víctima, procurando que ésta le quiera, le desee. En resumen, tal es la paradoja que se da en el síndrome de Lima.


    Conclusiones acerca del síndrome de Lima

    Para resumir, podemos decir que el síndrome de Lima está relacionado con una condición intrínseca al ser humano, como es la de crear y establecer vínculos con los demás (incluso en condiciones tan particulares como un secuestro). Por otro lado, la investigación acerca de este fenómeno es demasiada, ya que es imposible replicar las condiciones de un secuestro en un laboratorio y controlar variables.
    Lo que sí sabemos es que la aparición o la ausencia del síndrome depende de diferentes variables, tanto del secuestrador, como del secuestro, como de la víctima. Finalmente, este síndrome no hace más que recordarnos que somos pura contradicción y que, lejos de trabajar con la realidad, lo hacemos con la interpretación de la misma que nosotros hacemos o asimilamos.


    Controversias a partir del síndrome de Estocolmo y el síndrome de Lima

    El síndrome de Estocolmo y el de Lima no pueden ser investigados profundamente, ya que resulta muy difícil analizarlos en entornos científicos o en laboratorios. Esto se debe a que pueden atentar contra el bienestar de las personas (Rizo-Martínez, 2018). Por tal razón, aún no se han establecido los criterios para su correspondiente diagnóstico oficial. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM)  y la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE), no los incluyen.
    De hecho, muchos investigadores y autores como Spuijbroek, Blom y Braam (2012) cuestionan la denominación de estas condiciones psicológicas como síndromes. Algunos expertos en trauma piensan que estos «síndromes» forman parte del estrés postraumático o estrés agudo que  pueda sufrir la víctima.
    Se ha llegado a la conclusión de que no todas las personas que son secuestradas desarrollan el síndrome de Estocolmo. Siguiendo esta línea, no todas las personas secuestradoras presentan el síndrome de Lima. Muchos investigadores afirman que estas actitudes dependen de las características individuales, puesto que suelen coincidir en una identidad débil y/o poco establecida, así como una personalidad vulnerable con escasos valores fijados (Domen, 2005).

    Síndromee Lima: tratamiento

    Actualmente no existe una intervención psicológica establecida para el síndrome de Lima, debido a que no se considera un trastorno por sí mismo, así como hay un déficit de investigaciones acerca del mismo. Sin embargo, algunas de las claves necesarias para el tratamiento son:
    Esnecesario evaluar de forma exhaustiva e individual los motivos y causas subyacentes a la acción de secuestro, ya que estas pueden ser muy variadas y dependiendo de estas el perfil del secuestrador es diferente.
    • Las personas con conductas delictivas suelen presentar algún trastorno mental, como trastornos de personalidad antisocial, o abuso de alcohol y/o otras sustancias. Será necesario evaluar cada caso individualmente para abordar de manera específica la problemática de las personas con síndrome de Lima y diseñar un tratamiento adaptado a las necesidades, para lograr efectividad.

    • Reflexionar acerca de las consecuencias a largo plazo para la persona víctima del secuestro, a pesar de que la persona la haya tratado correctamente, y lograr una comprensión acerca de la vivencia de la víctima. Se debe fomentar la empatía, ya que la persona puede creer que no ha obrado de manera dañina, ya que ha actuado con amabilidad a su víctima. Es importante que se produzca un cambio en el punto de vista desde el propio a la persona secuestrada; fomentar que entienda que la otra persona que fue privada de su libertad y sintió miedo y angustia ante la incertidumbre de la situación de secuestro.

    • Es importante que la persona secuestradora genere una reflexión acerca de sus actos y las consecuencias de los mismo, llegando a aceptar su responsabilidad sobre ellos.

    • Aplicar técnicas de reestructuración cognitiva, técnicas cuyo objetivo es la modificación de la interpretación y valoración de tipo subjetivo. Mediante las cuales se fomente que la persona que ha perpetrado el secuestro sea consciente de la realidad y deje de percibirse a sí mismo únicamente como cuidador y protector, sino que acepte y asuma que ha participado en un secuestro. De esta manera, se busca que la persona elabore una imagen de sí misma que se ajuste a la realidad.
    Alabau,I (2019).Síndrome de Lima: qué es, síntomas, causas y tratamiento. Psicología Online(https://www.psicologiaonline.com/sindrome-de-lima-que-es-sintomas-causas-y-tratamiento4692.html?)



    Cely, L. & Gómez, L. (2002). Estrategias de interacción que el secuestrador genera con la víctima durante el cautiverio. Universitas Psychologica1(1), 52-66.

    Rodríguez,R,M. (2020) Síndrome de Estocolmo vs. Síndrome de Lima (Recuperado de: https://www.google.com/amp/s/neuro-class.com/sindrome-de-estocolmo-vs-sindrome-de-lima/amp/).

    Peña,H,B. (2019). El síndrome de Lima. (Recuperado de: https://www.google.com/amp/s/lamenteesmaravillosa.com/el-sindrome-de-lima/amp/).


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