domingo, 28 de junio de 2020

Diogo Alves, asesino serial en formol.


Crimen Scientia: Diogo Alves, El asesino del Acueducto



Diogo Alves, nace en 1810 en Santa Gertrude de Samos, en Lugo, un pueblo de actualmente poco más de un millar de habitantes. En una familia de modestos campesinos. Al igual que otros compatriotas, cuando tuvo edad para trabajar, aproximadamente con trece años  recogió sus bártulos y cruzó el río Miño para buscarse la vida en Portugal con la intencion de tener  una vida mejor, un camino que tomaron muchos gallegos durante el siglo XIX. Se establece en Lisboa, donde comienza a trabajar en casas de familias ricas de la ciudad como mozo de caballería y cochero.

Pese a que empieza siendo un trabajador ejemplar, logró empleos de sirviente en algunas de las casas más acaudaladas, entre ellas la de los marqueses de Penalva y Castelo Melhor. Los testimonios de aquella época lo retratan como un joven honesto, de fiar y trabajador que tras unos inicios como mozo de cuadras había logrado convertirse en cochero. Entre esas virtudes no estaría la inteligencia, lo que le valió el apodo de "O Pancada"pronto se convierte en aficionado al vino y a las tabernas y a tener relación con los criminales de la ciudad, mientras que va perdiendo cualquier vínculo con sus padres y su tierra. Pierde un trabajo tras otro, por causa de sus malos hábitos, y adquiere fama en la ciudad de irresponsable en el que no se puede confiar. Tras un episodio agresivo con su último empleador,En 1836, cuando tenía 26 años, su historia empezó a teñirse con el tono de la crónica negra. Su patrón de entonces, el doctor Joao Tomás de Carvalho, decidió despedirlo porque le "desagradaban los instintos feroces" de los que daba muestra de vez en cuando Alves. 

Finalmente pierde cualquier posibilidad de trabajo con las familias ricas y los comerciantes de la ciudad. Sin otra forma con la que ganarse la vida, se junta a un grupo de criminales y monta una cuadrilla de ladrones y asesinos que terminarían por sementar el pánico en toda Lisboa.


Un amor no correspondido 

Dice la historia popular de Lisboa que por esta época Diogo Alves se enamora perdidamente de Gertrudes Maria, la dueña de una de las tabernas y casa de fados de mala reputación que el criminal frecuentaba, en una pequeña calle de nombre Águas Boas. Más conocida como A Parreirinha, cuentan que esta mujer, en su anhelo de hacerse más rica, instigaba al gallego a cometer estos crímenes para poder vivir del robado.
Pese a ser Diogo Alves quien cometiera los robos y asesinatos, en los folletos y periódicos de la época es ella quien aparece retratada como la responsable de las decisiones del gallego. El odio popular, en lugar de dirigirse al asesino, recae en Parreirinha, que es presentada como una amante malvada que utiliza sus 'armas de mujer' para manipularlo. La sociedad portuguesa del momento, profundamente religiosa y machista, no ve con buenos ojos a Gertrudes Maria, separada de su marido y con dos hijos, y las crónicas la retratan como la principal culpable del cambio de vida de Diogo Alves.
Quien podría haber sido un ladrón o un asesino cualquiera, pasa a la historia no solo por el exorbitante número de muertos que deja tras de sí, sino también por sus extraños y originales métodos. Diogo Alves comete en la mayoría de sus crímenes en el acueducto de las Águas Livres, desde donde lanza las víctimas al vacío haciéndolas pasar por suicidas.

El  acueducto de las Agua Livres 
El rechazo de Carvalho fue quizás la puntilla que Diogo necesitaba para iniciar su carrera criminal. Sin empleo y con la etiqueta de persona iracunda, Alves decidió cambiar las caballerizas y el pescante de los carruajes por los recovecos del acueducto de Aguas Libres.  Allí, en vez de azotar a caballos para que tirasen del carro, golpeaba a los transeúntes solitarios para robarles. Después de despojarlos de lo poco que llevaban los arrojaba desde lo alto del canal.
¿Por qué el acueducto? Si la fama de hombre de corta inteligencia que arrastraba Alves estaba justificada, lo cierto es que cuando escogió el escenario de sus crímenes actuó con bastante criterio.
Sobre el lisboeta Val de Álcantara se irgue el acueducto de las Águas Livres, construido entre los siglos XVIII y XIX. Ideado para distribuir el agua entre las distintas áreas de la ciudad, pasa a ser escenario de uno de los más conocidos episodios criminales del país alrededor de los años 1836 y 1839.
El canal principal del acueducto es muy extenso y el más elevado de sus 35 arcos se alza a 65 metros de altura.Además de permitir la canalización del agua para las zonas más alejadas del centro antiguo de la ciudad, el acueducto contaba con un paseo peatonal que facilitaba la comunicación entre distintas áreas de Lisboa.
 La estructura incluye un camino público que durante la primera mitad del siglo XIX empleaban con frecuencia los campesinos.  Es aquí donde Diogo Alves lleva a cabo la mayor parte de sus asesinatos, según las historias por idea de A Parreirinha. Escondido en alguno de muchos rincones del acueducto, el ladrón esperaba a que pasase una víctima solitaria, normalmente mujeres nuevas de buena familia o comerciantes que volvían de hacer negocios en la ciudad. Alves los asaltaba de noche a punta de navaja y tras sorprenderlos, robaba todo lo de valor que llevaban con ellos y los lanzaba desde uno de los arcos principales del acueducto, simulando que la persona saltara voluntariamente. 
El profesor doctor António José Gonçalves Ferreira, catedrático de Anatomía en la facultad de Medicina de Lisboa, apunta que "se encuentran cuerpos bajo el acueducto, normalmente de mujeres, que sufrieran un importante traumatismo debido a una fuerte caída. 
A la mañana siguiente policía y lugareños se encontraban solo un cadáver magullado. A pesar de que aquella imagen se repetía con frecuencia, la conclusión a la que llegaban las autoridades era siempre la misma: una oleada de suicidios.
Alves mantuvo su espiral criminal a lo largo de varios años, hasta 1839. Su carrera de vándalo se torció cuando una noche asaltó a la persona equivocada: un hombre que (quizás alertado por la sospechosa ristra de suicidios) caminaba con una pistola. A Diogo no le quedó más remedio que dar media vuelta y huir. Cuando el desconocido alertó a la policía de Lisboa, sus agentes comprendieron que el reguero de cadáveres que amanecían a los pies del canal quizás tuviera otra causa.
Cuando las autoridades, alarmadas por el número de aparentes suicidios, comienzan a indagar en la posible causa, se dan cuenta de lo que está sucediendo en el acueducto. Deciden cerrar el paso por el camino peatonal y prohibir el paso de transeúntes, poniendo fin a la estrategia del grupo de delincuentes liberado por Diogo Alves, que se ven obligados a buscar otra manera de seguir cometiendo de sus crímenes.
El acueducto deja de funcionar como principal fuente de agua para la ciudad cara los años sesenta. Actualmente está considerado Monumento Nacional de Portugal y el museo ofrece paseos guiados por él.
 En 1839 pocos meses después del cierre del acueducto, varios miembros de la cuadrilla, incluido Diogo Alves, son atrapados por las autoridades tras el asalto a la casa de un conocido médico lisboeta en el que matan a su familia. La justicia los condena a morir en 1840 en la horca en el patíbulo de la ciudad, en Cais do Tojo. Pese a que las instituciones no consiguen probar todos los asesinatos que se le atribuyen, el criminal cuenta ya con cierta fama entre los lisboetas, que acuden en multitud a ver la ejecución. A pesar de su periplo como bandolero en Aguas Libres, sorprendentemente no fue juzgado por ninguno de los crímenes que cometió en el acueducto  sino por asaltar y asesinar a un conocido medico y a su familia en su domicilio. Su juicio fue uno de los primeros procesos judiciales mediáticos en la historia del pis, dado que hacia años que no se ahorcaba a un delincuente y los lisboetas querían que se condenara a alguien a muerte con el fin de darle una lección a los criminales y retomar la seguridad en las calles. Desde el instante en el que la soga se cerró alrededor de su cuello (o puede que incluso antes), el mito de Alves empezó a crecer. Cabe destacar que el testimonio de una hija pequeña de Gertrudes, de apenas 10 años, habría sido determinante en el juicio que protagonizó Alves en 1840
Además de señalarlo como el primer asesino en serie de Portugal, algunas voces aseguran que mató a cerca de 70 personas. La historiadora Anabela Natário, que en 2014 publicó la novela O Assasino do Augeduto, cree que esa cifra está hinchada por la fantasía popular y reduce el número a una veintena. "Daba a sus víctimas un golpe en la cabeza, les robaba y luego los tiraba desde lo alto del acueducto”. Menos optimista, Viale Moutinho cree que nunca se llegará a saber con exactitud cuántos cadáveres dejó Alves en Lisboa.
La historia del famoso asesino en serie que terminó con su cabeza ...
Después de la muerte 
Lo que sí se conoce con más detalle es qué ocurrió en febrero de 1941, después de que el asesino pasase por la horca. Una de las personas que siguió el caso con más atención fue José Lourenco da Luz Gomes, uno de los cirujanos más respetados de Portugal. Además de un reconocido galeno, Da Luz Gomes era un estudioso de la frenología, la pseudociencia que sostiene que se puede reconocer el carácter de una persona si se analiza bien la forma de su cráneo.
Fascinado por la historia y la trayectoria de Alves, el médico quiso estudiar con calma la cabeza del criminal. Para conseguirlo tiró de sus contactos en las más altas esferas (era cirujano honorario de la Real Cámara), a las que formuló una petición descabellada: quería quedarse con su cabeza. Su propuesta fue bien recibida y el cráneo preservado terminó en las estanterías de la Escola Médico-Cirúrgica, de donde pasó a su ubicación actual: la Facultad de Medicina de Lisboa 
La Frenología fue desarrollada por Franz Joshep Gall, anatomista y fisiólogo alemán, que articuló la teoría de que cada habilidad tenía un lugar en el cerebro. Gall pensaba que según qué área de nuestro cerebro estuviese más desarrollada, tendríamos una personalidad u otra y que este desarrollo podría estudiarse midiendo el cráneo para determinar cómo era cada persona.
António Ferreira cuenta que "ese arte, porque es más arte que ciencia, medía la cabeza y veía su estructura para decir que este era más inteligente en esto o en aquello. A una altura fue hasta una moda social. Las personas se reunían en salones de sociedad, se medían las cabezas unas a las otras y se veían las configuraciones de las cabezas. Naturalmente después se verificó que esto no tenía que ver con ciencia ninguna".
Pero no hay prueba ninguna de que este estudio se llevase a cabo ni de que el cráneo o el cerebro fuesen médicamente estudiados. Según António Ferreira "la Frenología coincide temporalmente mas no hay relación de causa efecto con el envío de la cabeza de Diego Alves a la facultad de Medicina con intención de ser medida. Era solo para ser recordado como el último caso de pena de muerte en Portugal".
Pese a que los registros oficiales indican que más criminales fueron ajusticiados tras Diogo Alves, él es simbólicamente considerado el último condenado a muerte en Portugal. "En la altura se consideró que sería la última persona en ser condenada a muerte por orden de un tribunal por crimen en Portugal. Más tarde se supo que hubo casos de personas condenadas a muerte poco después en otras zonas del país".
"Los crímenes de Diogo Alves fueron muy conocidos en el país, infelizmente es un caso famoso y es por eso que el Ministerio de Xustiza resuelve simbólicamente atribuir a cabeza de Diogo Alves a la Facultad de Medicina de entonces, en el campo de Santa Ana". 
Los ojos verdosos que observan desde casi dos décadas los laboratorios de anatomía y los cabellos rubios que floten en el formol conforman una curiosa imagen, entre fascinante y perturbadora,Con los ojos claros abiertos de par en par, la boca cerrada en una mueca relajada y las mejillas hinchadas  que en los últimos tiempos se está viralizando en Internet, apareciendo en páginas web y portales de noticias de varios países. "Es todo un fenómeno, tenemos muchos pedidos para verla".
Pero António Ferreira no guarda sólo la cabeza de Diogo Alves, lo acompañan los cráneos de varios de sus colegas. En la habitación contigua al despacho del doctor puede encontrarse una vitrina donde descansan los huesos de algunos criminales especialmente peligrosos que fechan de la misma época que el gallego.
"Varios cráneos que aquí tenemos son de parte de la cuadrilla de Diogo Alves. No es posible saber exactamente cuales, pero esto fue una colección de cráneos que fecha de esa altura y vino para aquí en esa época". Algunos de ellos tienen una serie de números asociados con los que fueron registrados al llegar a la facultad. A día de hoy es imposible saber a ciencia cierta a quien perteneció cada uno ya que muchos documentos desaparecieron al trasladarse a la facultad a un nuevo edificio a mitad de siglo pasado. "Algunas tienen números pero no todas, es una colección muy antigua y por tanto al ser transportadas de un lugar a otro se pierden las referencias. No debería suceder, mas sucede".
Estos cráneos también despiertan el interés del público: "Mucha gente pide verlos, pero yo creo que no correspondan a nada especial. Nosotros tenemos muchos otros cráneos aquí, en el Instituto de Anatomía, pero estos tienen este carácter un poquito diferente".
Pese a que el hogar principal de la cabeza de Diogo Alves es el departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de Lisboa, que normalmente no está abierto al público, el interés que despierta esta cabeza hace que de cuando en vez viaje por el país para distintas muestras. Diogo Alves estuvo expuesto en la Universidad de Coimbra y en la Assambleia da República de Portugal. También lo estuvo en el Ministerio de Xustiza, dentro de una exhibición en Lisboa para conmemorar a los 150 años de la abolición de la pena de muerte en el país luso.
sadburro: The Head of Diogo Alves Diogo Alves,...Portugal Preserves Head of Last Man to be Hanged - Sarkardaily.com
Coruña.(2020). Un serial killer gallego en Lisboa. Recuperado de (https://www.publico.es/luzes/serial-killer-gallego-lisboa.html)
Crimen Scientia.(2018).Diogo Alves,El asesino del acueducto. Recuperado de (http://crimenscientia.blogspot.com/2018/04/diogo-alves-el-asesino-del-acueducto.html)
Magnet.(2019).La historia negra de Diogo Alves, el asesino en serie que acabo con su cabeza envasada en formol. Recuperado de (https://magnet.xataka.com/idolos-de-hoy-y-siempre/historia-negra-diogo-alves-asesino-serie-que-acabo-su-cabeza-envasada-formol)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario